De aquí y allá, Por Sergio Avendaño (*)
En un giro rápido e imprevisto, el tribunal de San Justo absolvió y ordenó la inmediata liberación de Graciela Aguirre, la mujer que mató a su marido de una cuchillada el 4 de junio del 2007. El fiscal del caso se negó a acusarla al entender que actuó en legítima defensa, lo que determinó el final abrupto del juicio. Hoy fue absuelta y lo que le sucedió se transformará, seguramente, en un caso testigo de la violencia familiar.Mientras esto sucedía en Buenos Aires, a la misma hora pero a 1.200 kilómetros de distancia la Cámara del Crimen de Puerto Madryn, compuesta por los magistrados Silva Martos, Leonardo Pitcovsky y Rafael Lucchelli, encontró a Valeria Pérez Aquino culpable del homicidio simple de Julio Rocha Rocabado, quien fuera su pareja.Ambas mujeres –una argentina y otra boliviana- mataron a maridos golpeadores y que las maltrataban de todas las formas posibles. Esta sufrió este martirio durante 27 años. Hasta que decidió ponerle fin. Muchas similitudes pero una diferencia crucial. Una es absuelta y la otra declarada culpable de homicidio simple (8 a 25 años). En este mundo donde mediante argucias legales quedan libres tantos responsables de hechos aberrantes (de todo tipo), no termina de entenderse cómo la Justicia fue más ciega que nunca.#
(*)Diario Jornada
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